Por un olvido

Sí, el domingo nos fuimos hasta Valdemoro por un olvido. El que tuvo Peli, que se dejó allí su móvil el sábado. No es una tragedia, con volver a por él bastaba. Lo trágico, entre comillas, es que consiguió convencernos a Gallo, Antuán y Zorro para acompañarle a por él. Pero no en coche, sino en bici. En realidad eso no es tan malo, porque ahorramos combustible, dejamos de emitir varios kilos de CO2 e hicimos piernas. Y vaya si las hicimos, porque Valdemoro está un poquito retirado de Rivas (que se lo cuenten a Antuán, que ya de vuelta y pasado San Martín de la Vega su izquierda dijo basta). En total recorrimos casi 87 kms. de MTB al estilo ROAD. ¿Que por qué digo esto? Pues porque el 80% del recorrido lo hicimos por asfalto (carretera de los cortados de Casa Eulogio, carril bici de San Martín y la Marañosa (M301), carreteras de San Martín a Ciempozuelos (M307) y de Ciempozuelos a Valdemoro (M404)). Vamos, que salvo en las subidas de Ciempo y La Marañosa, plato grande ande o no ande. Y los carreteros nos miraban y pensaban: ¿qué hacen estos montañeros por aquí? En fin, que no estuvo mal la experiencia, pero en burra prefiero las trialeras; lo que es del César… Y no hay foto de grupo porque el grupo se rompió cuando Gallo aceleró como un demonio para ir a por su coche y recoger a Antuán, y Peli y Zorro volvieron pedaleando hasta casa. Lo malo es que tampoco hubo cervecita de fin de ruta; esa nos la debes Peli, por tu olvido.