Y ya van dos este verano. Nos estamos aficionando a la nocturnidad. Y no está nada mal hacerlo, la verdad. Ayer, Antuán, Gallo, Freddy y Zorro disfrutamos incluso de rayos y truenos, aunque la tormenta nos respetó y sólo empezó a diluviar cuando ya nos recogíamos; así que la ducha, en casa. La próxima será más larga, preferiblemente en viernes, y hasta las tantas de la madrugada. ¿Os animáis?
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