Decidimos que nuestro máquina: Gallo, saliese con los de su grupo: los Masters, de esta manera mejoraría su entrenamiento para el Soplao. Hasta la llegada no supimos nada más de él.
Todo hacía pensar que la mañana iba a ser estupenda, enseguida comenzó a apretar el calor y el camino estaba bastante aceptable, pero a los 10 Km, Oskar se da cuenta de que su rueda trasera va frenada, esperamos un poco más pero hubo que parar para intentar arreglarlo sin éxito, así hasta cuatro veces en todo el recorrido. Esta circunstancia ha hecho que nos hayamos retrasado cada vez más ya que la paliza que se ha dado nuestro compañero ha sido brutal, si de esta no ha "palmao" (50 km con la rueda frenada) ya no palmará nunca: ha nacido la leyenda del "inmortal".
Podría seguir escribiendo mucho más, pero ya os lo contaremos el próximo domingo ya que la jornada ha sido larga y ha dado para mucho.
La organización aceptable, la gente que ha velado por nosotros: estupenda, lo peor el dichoso avituallamiento que no llegaba nunca.
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