Ya lo decían las previsiones meteorológicas para la sierra madrileña, se esperaban temperaturas gélidas y esto es naturalmente lo que nos hemos encontrado, poco antes de llegar ya vimos en el termómetro que marcaba –7,5º. Cuando nos disponíamos a partir en la ruta, apareció el sol que poco a poco alcanzaba altura lo que propició la subida de la temperatura un grado:
Todo listo para partir el grupito: Antuán, Peluso, Trípode y Gallo, cuando este último ve que el buje de la rueda trasera se le ha averiado. Lamentablemente no puede iniciar la etapa y se vuelve a casa:
Por fin, acordándonos de nuestro desafortunado amigo salimos los tres jinetes que quedamos. Enseguida por los caminos paralelos al embalse de Santillana encontramos los primeros hielos que en la medida de los posible intentamos evitar pues ya hemos comprobado que la rueda trasera derrapa en sobremanera. Sorteamos unas veces y atravesamos en otras, los pequeños arroyos que desembocan en el citado embalse. Después de unos 4 Km comienzan las primeras subidas que serán la constante hasta que lleguemos a Miraflores, en una de las primeras cuestas Antuán tiene que cambiar de plato y sorpresa, no le funciona, esto se pone feo, en la mente de los tres planea la retirada de Gallo, pero afortunadamente, tiene fácil solución, no es más que hielo en los cambios que con unos golpes se parte y nos permite continuar.
Sobre el Km 6 el camino se ve cortado por el curso de un río que baja con un caudal considerable y que no nos atrevemos a cruzar, no solo para que no se mojen los cambios si no porque si nos mojamos los pies corremos peligro de que se nos congelen los dedos de estas extremidades:
Esto nos obliga a tener que tomar otro camino alternativo que a la postre nos hará que confundamos el itinerario y tomemos el camino de vuelta en lugar de la ruta del camino de ida, por este motivo. la jornada la hemos realizado en sentido inverso al programado.
Pero en contra de los pronósticos, no ha habido viento por lo que aunque la temperatura era de bajo cero, el sol pegaba con fuerza, por este motivo hemos tenido que despojarnos de algunas prendas que nos estaban haciendo sudar de sobre manera. La verdad es que con unos grados más, hubiese parecido una mañana de primavera.
Después de preguntar la forma de llegar a Miraflores un sin fin de veces, avanzamos por el camino de “la fuente del cura” ya próximo a esa población:
Atravesamos el pueblo hasta llegar a la estación de ferrocarril donde tomamos una vez más la cañada real segoviana para dar a un pequeño puente de cemento que atravesamos para continuar por un tortuoso camino que nos lleva a Bustarviejo y que abandonamos girando 180º para coger otro camino que nos lleva de vuelta a Miraflores.
Continuamos por una pequeña trialera cuya última parte se encontraba completamente congelada:
Volvemos a coger la vía pecuaria para regresar por donde supuestamente debíamos haber realizado el camino de ida, fenómeno la mayor parte del trazado discurre cuesta abajo
En la foto: Trípode, Peluso, el ausente (Gallo) y Antuán.
Después de 47 Km y 3h 15 minutos de marcha efectiva, hemos regresado a nuestro punto de salida.
Como resumen decir que el itinerario es más bien fácil ,pues aunque la mitad del camino es subida, no tiene grandes rampas, además el 90% del camino es pista en buen estado.
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