Domingo de cardos y locos

Antuán, Gallo, Peli y yo nos fuimos hacia Campo Real por Velilla, tempranito para evitar el calor. Pero no lo conseguimos, pues el domingo apretó de lo lindo. Y no sólo encontramos calor, también cardos, muchos cardos, gigantes cardos que flanqueaban el estrecho camino que discurre paralelo al Jarama y que se empeñaban en golpearnos, pinchando nuestras manos, piernas y hombros. Cardos como para parar un tren. Cardos tan altos como Gasol (o más). Cardos en flor (flor que también pincha). Malditos cardos.

 

Pero uno no sólo encuentra cardos por esos caminos, no. También aparece algún pirado que te persigue sentado en su pick-up, derrapando rueda, levantando polvo, intentando cerrarte el paso y con la cara desencajada porque unos tipos vestidos muy raro, con casco y montados en máquinas infernales han entrado en propiedad privada (se supone la suya). Pero amigo, cuando la tierra no está vallada, ni hay barreras, puertas o cancelas, ni carteles que anuncien lo privado, y además el camino discurre paralelo a una carretera, sólo queda mandar al loco al mismo lugar al que en su día Fernán Gómez envió a uno de sus fans: "¡¡…a la mierda!!". Y eso es lo que hizo Peli (en realidad le mando "¡a tomar por culo ya, hombre!"). En fin, que estuvo entretenida la cosa.

Yo me volví antes antes de llegar a Campo Real pues tenía cosas que hacer, por lo que no os puedo decir los kilómetros que recorrieron el resto (los míos fueron algo más de 37).