Hacía tiempo que quería probar una flaca (sí, suena mal, pero es lo que tiene usar el argot). Y hacía tiempo también que el Gran G me dijo que me dejaba una de las suyas (sí, esto aún suena peor, lo sé). Así que, aprovechando que él y Dianita iban a salir para preparar la Quebrantahuesos, me decidí a dar el paso y por fin montar una (esto ya ni te cuento).
El sábado nos fuimos los tres a rodar por carreteras secundarias del norte de Madrid. Partimos de El Berrueco, rodando de forma paralela al embalse del Atazar y la Presa del Villar, hasta alcanzar Manjirón. Dejándolo atrás, cruzamos la presa de Puentes Viejas, para llegar a Prádena del Rincón, donde paramos a tomar algo antes de seguir hacia Montejo de la Sierra y Horcajuelo de la Sierra, subir el puerto y bajar hasta Horcajo de la Sierra y Madarcos, para luego rodar hasta Gandullas y Buitrago del Lozoya (donde hace unos días Filípides corrió el Ecotrimad). De ahí, de nuevo hacia Manjirón, para terminar en El Berrueco. Fueron casi 62 km. por una ruta preciosa, en un entorno incomparable, por carreteras tranquilas, en un día nublado con una temperatura ideal y en la mejor compañía. Por cierto, la flaca que monté (y dale) fue una TREK Madone 5.9, un maquinón ligero, rápido, cómodo y preciso que me dejó más que enamorado. Y si bien la carretera es muy distinta de la montaña (ni una flaca es una burra, ni el camino es similar), lo cierto es que la experiencia me gustó, y mucho.
No sé si me decidiré algún día por tener mi propia flaca, pero lo que es seguro es que repetiré "…beso de la flaca…", por mal que suene.
Por cierto, la ruta para Google Earth la tenéis en la barra lateral.
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